Los que conocen a Simona, saben, que le gusta desayunar al menos dos días en la semana, fuera de su casa. Cuanto más desconocido y olvidado el bar, mejor. El ideal es: aquel lugar solitario, tranquilo, y que posee esa intimidad que a ella tanto le gusta. Se mudo, y el nuevo bar da la sensación cuando se ingresa, que esta detenido en el tiempo. Habitan muchos recuerdos en el, uno muy distinto del otro. Los ladrillos de la pared están a la vista prolijamente desalineados, colgados hay unos discos de pasta, cuadros de artistas de cine, y la barra es un mueble de comedor antiguo, en el medio del salón la Rockola. Mezcla rara, pero acogedora. Se sentó frente a la maquina expendedora de música, soltó una moneda y empezó a cantar Rupert Holmes, vaya a saber porque eligió esa música que además escucha poco, todo da lo mismo en días con sabor a nada. Lo adopto desde hace unos meses con la misma rutina, pedir el desayuno, soltar una moneda en la maquina expendedora, que varía según el animo. Una de esas mañanas se dio cuenta, que en la mesa frente a ella, un hombre la mira disimuladamente tras su libro...presto atención...y si, eso ocurría cada vez, sin saber, si es desde su primera vez. ¡Que importa! pensó. A Simona le intriga porque la mira, sin decir nada... Una mañana, ella, lo sorprendió, fue a su mesa y lo invito a compartir el desayuno. El accedió con mucho gusto. Desde ese momento se los ve hablando muy animadamente. Me contó Laura, la moza del bar, que lo curioso es escucharlos hablar, hablan en prosa. Y que el, al despedirse, le regala hermosos besos poéticos, y ella una rebosante sonrisa. "Le llaman el bar de las causas perdidas".
Felizmente agradecida a Beatriz Salas y Ruth, que le han dado a Simona, color y alergia.
:)
Laura sabe todo. Lo que pasa es que está evaluando a que medio le vende la historia.De igual modo es un lugar tentador para compartir un café. no?
ResponderEliminarbesojo,
jajajaj
ResponderEliminarSereno, no le des ideas a mis personajes.
Simona es lista, pero muy lista sabe que lugar es el adecuado para disfrutar. Yo tambien recibiría de buan agrado besos poéticos a cambio de rebosantes sonrisas.
ResponderEliminarUna grande para tí Ceci.
GUAU, QUÉ GENIALIDAD DE TEXTO!!!
ResponderEliminarBESOS
que buena pinta cecy, lo de salir dos mañanas y desayunar en cualquier lugar..te copiaré la idea o mejor me voy pa ya algun día
ResponderEliminarEn mi pueblo los desayunos son de negocios, por eso me fui a la ciudad.
ResponderEliminarOjalá hubieran muchas Simonas para nosotros los tímidos con buenas intenciones (valga la aclaración) Y ¿¿qué canción de Rupert Holmes puso Simona?? seguro El escape (la piña colada) aunque a mí me gusta "Him"
ResponderEliminarUn gran abrazo
Bonitos y poéticos desayunos y que empleado o barman no se queda entusiasmado de ser testigo de ese amor en prosa o versado ser recitado.
ResponderEliminarSaludos
"Días con sabor a nada..."
ResponderEliminarA mi me parece que Simona la guía mas la intuición que la sapiensa.
Buen texto.
"Días con sabor a nada..."
ResponderEliminarA mi me parece que Simona la guía mas la intuición que la sapiensa.
Buen texto.
Decime lña direccion, a ver si me encuentro a uno que me hable en prosa,o me despida en poesia...
ResponderEliminarbesos!!!!
Mira que me gustaría ir a ese bar.
ResponderEliminarQue nombre tan bonito.
Besos.
Hola cecy, que bellas tus gotas poeticas amiga. Besos, cuidate.
ResponderEliminarTal vez Simona no lo sabe, pero quienes estamos detrás de la barra tenemos el oído muy bien entrenado, y no hay susurro que se nos escape, por eso a veces mejor guardar silencio, pero incluso eso no es garantía, un simple gesto con la servilleta puede explicarnos toda la historia.
ResponderEliminarBesos murmurados, ahora que el camarero ha ido a por las olivas :)
Asi que simona... Podria ser perfectamente yo, comparto el gusto... Yo no hablaria con el desconocido... Me ha gustando el relato, me lo prestas? Feliz dia. Un abrazo, escritora de bellos relatos.
ResponderEliminarMe encanta esta historia ^.^ y estoy pensando eso de desayunar fuera de casa jajajjaj
ResponderEliminarMuack! para ti guapa
Esos barcitos tienen m a g i a definitivamente... y eso Simona lo sabe...
ResponderEliminarMientras la conversación la haga sentirse bien... nada mas que decir!!!
Me encantó Cecy... imagino un lugarcito asi (Bs As tiene esos pequeños lugares calidos perdidos en el tiempo) son los que mas me agradan...
Besotes a tu alma y buen inicio de semana!!!
Siempre he creído que el poder para hacer interesante y nuevo cada instante de la vida está en nosotros y en nuestra disposición de permitirnos abrir paso a las sorpresas de gratos encuentros.
ResponderEliminarMuy buena la estrategia de Simona de desayunar fuera de su casa la menos dos veces a la semana! Eso mata la rutina.
Un abrazo
Bueno, los nombres de los bares se pueden cambiar, no? Y las causas, claro:)
ResponderEliminarLo siento, pero soy muy romántica:)
Besossss
y el bar estará en el bulevar de los sueños rotos, supongo... ese barco está hundido antes de zarpar! preciosa literaturización de la escena, eso sí.
ResponderEliminarTambién me gustaría conocer un lugar como ese donde poder estar cómoda, leer y escuchar poesía y compartir buenos momentos con personas interesantes... ese bar es tu blog?? jajaja
ResponderEliminarsin duda podría ser...
un abrazo fuerte.
:))
Qué delicada y poética historia de amor. Supongo que Simona tendrá que variar sus planes, si quieres seguir regándose con besos alados y sonrisas de versos. Umm qué delicia compartir esos minutos y un trocito de su rima.
ResponderEliminarBesos querida Cecy
Las causas perdidas... Ese bar lo conozco yo.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Cecy, linda a história, fiquei encantada. Beijos e ótima semana.
ResponderEliminarPara mi las causas perdidas son las que valen, por eso, prefiero esos bares...
ResponderEliminarSimona ha encontrado un buen amigo, un poeta que habla como ella y tal vez descubra que puede ser su....
ResponderEliminarAle
Me olvide dejarte un beso.
ResponderEliminarAle
Laura como muchos meseros o bartender, siempre saben lo que pasa en los bares, casi se han convertidos en nuestros verdaderos psicólogos, acá en mi país lo hago regularmente, me voy al libro café, pido café, leo mucho, bebo mucho café y siempre un transeunte me aborda amablemente, yo le llamaría a eso el bar de las causas ganadas.
ResponderEliminarPD: Cecy gracias por estár siempre pendiente de mi, y accionar los blogueros, estamos como flojos para escribir no?, mil besos...
De esos bares cuantos existen en el mundo.
ResponderEliminarHe ido mil veces a ese bar. Pero me gustan más las causas encontradas. :)
ResponderEliminarY así aveces parece ser nuestra vida, el bar de las causas perdidas, pero como vez, aún en esos lugares siempre hay esperanzas....siempre hay luz...
ResponderEliminarPaz&Amor
Isaac
Saludos y beso amiga, cuidate.
ResponderEliminarYo quiero conocer ese bar...
ResponderEliminarNo importa el nombre.
Suelo ir siempre al mismo señal de costumbres fijas, y no me fijo en la gente, se me pierde la mirada en el infinito de las causas perdidas.
Besos.
Hola Cecy,
ResponderEliminarvengo a avisarte que acabo de subir tu texto grabado en mi blog y te invito a que lo escuches y me digas si te ha gustado.
Me gustado mucho hacerlo tanto como cuando lo descubrí y lo dejé pendiente de volver a disfrutar del momento.
La música, como siempre, la ha elegido Ruth y a ambas nos ha encantado.
Te mando un fuerte abrazo agradecido.
http://beatrizsalas10.blogspot.com/2011/11/cecy-un-nuevo-desayuno-del-blog-simona.html
Maravilloso texto y preciosa composición la que te ha hecho Beatriz.
ResponderEliminarVenía a felicitarte y a quedarme muy cerca para leerte.
Un abrazo muy fuerte.
El bar de las causas perdidas en el boulevard de los sueños rotos. Un beso Cecy!
ResponderEliminarVengo de casa de Beatriz Salas.
ResponderEliminarUn bello relato cargado de fuerza y personalidad.
Las causas perdidas son las mejores.
Un saludo.
Tendrá Simona un tobillo hinchado? jajajajajaja besos
ResponderEliminarLlego desde tu entrada del jueves, para encontrarme este delicioso relato.
ResponderEliminarY recordar a Rupert Holmes, ¿cantaba Piña Colada?
Ya me gustaría ir al bar de las causas perdidas.
Besos.
Me gustó el texto, no sé si es porque me gustan las causas perdidas.
ResponderEliminarEnfín , enhorabuena por tu entrada.