52 ladrillos en la pared
marcando recuerdos de un camino sin retorno
atesorando el paso cruel del tiempo
son espejos que estallan en mil lágrimas
por las arrugadas líneas de una sonrisa
muero cada domingo
y el tic tac de mi sombra
se agita para devolverme a la vida
siempre
que pronuncies mi nombre.