Las estrellas asoman de manera
tan asombrosa que cuando miras, ya están en lo alto sonriendo, ¿Y sabes? hacen de
telón, cual coro de Ángeles en víspera de primavera. Se me da que el mundo se
abre para mí, mientras con un chasquido de dedos y un apretón de ojos, suelto a
soñar. Las calles empedradas, los barcitos decorando la plaza, solían ser la
mejor sobremesa de una media noche que nos encontraba en el rincón, sentado
bajo la ventana, la escusa, el mejor café
que aromatizaba un trago fuerte como el de la mirada enamorada. Mi media noche,
mi media París, en pleno Buenos Aires, fue ese beso que jamás se convirtió en
calabaza.
medianoche del Jueves en el Daily