miércoles, 28 de noviembre de 2012

luz de vela



Simona se acerco al ventanal que mira a la esquina, la sensación de lejanía se clavo en el mismo momento en que la luna alcanzaba su mayor protagonismo. La oscuridad cayó de golpe, el apagón era mas grande de lo que se podía apreciar. 

-Algún mensajero la acaba de colgar - murmuro risueña.

Laura, volvía de buscar una vela que coloco en medio de la mesa en la cual, segundos mas tarde, las dos estarían sentadas.

-De niña -comenzó Laura a contar- la luz se cortaba bastante seguido, Papá tomaba el sol de noche para alumbrarnos. ¡Me gustaba tanto mirar como levemente la llama iba iluminando el comedor! Las formas de los muebles tenían la suavidad de las veladuras de un cuadro. Y alrededor de esa penumbra nos acercábamos, Mamá, la abuela Pepi y mis hermanos. Ese sol artificial tenia magia. Era el despertar de las mas lindas historias; la niñez de la abuela, su querida Italia. También se disfrazaba y cantaba, su voz de soprano se oía con calidez, mientras Mamá al piano la acompañaba.  

El calor del recuerdo hizo silencio entre ambas. Afuera del bar, seguía oscuro y la luna mas alta; adentro, la vela baila con el impulso de una brisa entrometida que llegaba desde la ventana.
Simona, la mira y sonríe, y; con el empujón de un suspiro puso palabras nuevas a un viejo recuerdo.

-En el pueblo donde nací, los apagones se sucedían seguidos. Me acurrucaba en brazos de mi hermana mayor, y ahí, quería quedarme. Había un sentimiento de orfandad, eso creo ahora, tenia temor, creía que la oscuridad se instalaría para siempre, y todo seria sombrío. Una noche de los tantos cortes, alguien apareció con una sabana, disfrazado de fantasma, ¡que podía entender yo! Entre tantas risas y mayores gritos, mientras, sus sombras reflejadas en las paredes parecían aplastarme.

-Vaya broma para una niña pequeña, repuso con firmeza Laura.

-Los odie, tras mi llanto y mas aun de una explicación, inexplicable.

Otro silencio les acaricio las miradas prendidas del titilar de la vela. Hasta que echaron a reír.

-Ay, Simona, ¿no es que la vida es una fiesta?

-¡Si! que venga la luz, así ponemos música en la Rockola.




mas luz en casa de Encarni


miércoles, 21 de noviembre de 2012

arte-paralelo






y la culpa la tiene el convocante (jeje)
 mas arte-del bueno...en casa de Gastón





miércoles, 14 de noviembre de 2012

humo detrás del cristal



Todo va sentenciando, lejanos otoños a la vera de una flor. Porfiada ella, insiste, para que no olvides el resplandor de la primavera. Las hojas que han caído, el soplo que te hace tambalear. Sabias las paginas del libro, el que anuncia la tardanza de los buenos finales. Me desvisten de tácticas y habilidad. Solo a veces...como esa flor espina, me prende un pretexto. La más adentrada y celosa excusa. Entonces...¡Me tropiezo contigo!...en los acordes de un tango que llora su pasión; en el arrebato de la madrugada que me saca de las calles frías de una historia de perseguidores y perseguidos; en el circular liquido que agitado se balancea en la copa que brinda; en las musas que siguen cabalgando palabras. ¡Oh, Señor! todo se evapora en el azul intenso de nuestra noche, la que llega sin presencia.
La sangre que desgasta los huesos, los pasos, el respirar como ultimo esfuerzo.
El humo detrás del cristal, no es mas que mi aliento. Lo tiñe, lo evoca. Figúrate tu, el otoño que agoniza inviernos, y yo; a un latido que se inscribe desbocado...



1 de 3 en casa de Neogeminis 





miércoles, 7 de noviembre de 2012

volvemos en seis minutos dijo el director




Unas risitas de cartón despertaron a Simona, tiesa quedo del susto al descubrir que de las sabanas, asomaba un ratón, con un guiño y gesto de silencio, le pidió complicidad. En el sillón, anudadas sus colas estaban de charla muy jocosa Zimba y Tom.

Con mucho cuidado, tomo el teléfono y decidió llamar al trabajo para avisar que llegaría mas tarde, y una voz bastante particular le contesto: “no hay problema”. ¿Con quien hablo? Pregunto Simona. Y escucho a lo lejos…terrícolas, llaman ellos y preguntan quien habla.

Simona, creyó conveniente ir al medico. Al abrir la puerta del ascensor le preguntaron. ¿Qué hay de nuevo, viejo? ¿Viejo? Se repetía ladeando la cabeza.

Daba la vuelta, y una bella dama que se pintaba los labios, le ofreció sacarla de ahí. Ella le sonrió, mientras eran perseguidas por un loco y un perro que no dejaba de reírse.

En el primer semáforo, muy agradecida se bajo y entro corriendo a la clínica. Un bastón golpeo sobre su hombro y fue ahí cuando se desmayo.

Los primeros rayos de sol le dieron en la cara, despertó riendo del sueño que había tenido, se baño y dijo: ¡este es un gran día para ir a desayunar al bar de las causas perdidas!…




Hola Doña Simona, hola Laura
paso usted ya por casa
por tu casa ???

Vio usted a mi abuela
a tu abuela ???
adiós Doña Simona, 




vamos a casa de Gus, yo vuelvo en seis minutos.