miércoles, 29 de julio de 2020

este jueves un relato: El Laberinto




Entre idas y vueltas a huir, al fin estábamos sentados frente a frente, con las miradas profundas. Él con sus ojos oscuros por efecto de la mínima luz; y yo, intuyo que por la tensión de sostenerme desafiante. Después de años sabíamos que deberíamos jugar el juego final. Como todo caballero me dio de elegir las armas. A mi beneficio, de antemano sabía que debería escoger los lazos que ocultaría el silencio de palabras que se escapa por nuestras miradas. La mía seguramente me delataría antes de comenzar, y la de él ya no me afectaría para caer en desequilibrio. La ventaja estaba puesta en el juego, su voz sonriente era mi As.

Jamás imaginé que elegiría el laberinto. Me tomo de la mano, y con un susurro me guió hasta la entrada, y fue de repente que al soltarme sentí el desafío en el cuerpo. Tome aire, y comencé andar, nada se veía, ¿Cómo encontraría la salida?... cada paso debería ser preciso, confiado, con mis manos tocaba el aire que me rodeaba, creyendo, anhelando no quedar atrapada en un sin final.

No tenía idea cuanto tiempo había pasado en este andar. Recordando que este lugar no era ajeno a nuestra historia, que lo desconocido era tan libre de imágenes que nos encontraba jugando sin jugar… pero los demonios internos me decían que debería huir…

Me detuve de golpe, cuando sentí que su calor envolvía mi cuerpo. Me quede quieta, sintiendo las pulsaciones de mi corazón que comenzaban a sentirse junto con los sonidos de mi respiración. Su boca estaba tan próxima que atraía inevitablemente la mía, sus manos tibias arrebataron mis mejillas para dar paso a un beso embriagador, mi cuerpo se relajó dejándose llevar por el suyo, que lo recibió con un imperativo poderío sabiéndome suya.

Saco las vendas de mis ojos, y la luz se hizo palabras tras mis ojos que lo miraban complaciente. Ahí advertí que había ganado. Cuando baje la mirada, su mano suavemente levanto mi cara, mientras que su voz sonriente me susurrara que habíamos llegado junto al epicentro de un camino tan nuestro por la magia real del laberinto que habíamos creado.

Respire profundamente, le tome las manos que aferre a su espalda y le dije: “tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas puede y será …”




otros laberintos encontraras en casa de Mag






miércoles, 22 de julio de 2020

este jueves un relato: Imaginación.





Laura: ¡No es justo! Nosotras no debemos hacer cuarentena, extraño el bar. ¿Y los clientes también estarán de cuarentena? Simona la mira boquiabierta. -Simona: Por ser sus personajes estrellas debería darnos más participación. Ahí está mirando Blacklist. - Laura: Vamos a ver que encontramos en esta cabecita distraída… Mira ese paisaje. ¡Simonaaa!! No te distraigas, aprovechemos, que seguro un par de capítulos no nos prestará atención. Simona: cerremos nuestros bonitos ojos.

Llegaron a un bosque, donde la naturaleza más intacta invadía todo lugar donde sus ojos se posaban. -Laura: ¡Wow! Que calor hace acá. - Simona: por lo que pude leer en la convocatoria de este hermoso paisaje, es un bosque de Cataluña. ¡Vamos a pasear! - Mientras caminaban disfrutando de los sonidos del movimiento natural de árboles, descubrieron aves que jamás habían visto ni escuchado. Asombradas, comenzaron a corretear perdiéndose en su seno cual Caperucitas. -Laura: Simona, hay un canto que desentona bastante, ¿lo escuchas? - Simona: Ahhhhh….  creo que hay alguien aquí, debe ser el roquero solitario. -  Laura: No, ese canto no es de ninguna ave, es un chistido y cada vez es más cercano.

Las chicas se asustaron, y comenzaron con paso apresurado llegar algún sendero seguro y salir del lugar. Fue en ese momento que se toparon con dos sillas plásticas que desentonaban visiblemente. Se miraron las dos, hicieron una expresión levantando sus hombros y fue en ese instante que alguien salió detrás de un árbol. Con los ojos más abiertos que nunca y la respiración contenida se quedaron pálidas. –¡¡ Guapísimas argentinas!!! Os invito a tomar asiento, tengo una sorpresa que obsequiarles. -  Las dos, se sentaron sin pestañar, pero eso no duro mucho tiempo, comenzaron a correr y gritar…. - Simona: ¡¡corre, corre Laura!!, tenemos que volver yaaaaaa. - 

Mientras...  Justiniano corría tras ellas, inocentemente, con un panal de abejas para conquistarlas.

Al llegar a casa, Cecy ya no estaba mirando la serie, estaba despatarrada en el sillón riéndose de sus dos personajes estrellas.



otros relatos en casa de Moly





miércoles, 15 de julio de 2020

este jueves un relato: Internet

Imagen tomada de la wab

Recordando y reflexionando en palabras, sin poesía, sin relato, pero acompañando a los compañeros jueveros en el tema que nos convoca.

La primera vez que fuimos con mi hijo a comprar una computadora. Por supuesto que era para él, yo la miraba desde lejos, pero me daba curiosidad eso que le llamaban Internet. El vendedor y mi hijo hablaban de las utilidades que ese aparato nos proveería. ¿alguna pregunta señora? –Sí, le dije: ¿tiene Internet? Ellos se miraron, esbozando una sonrisa. Comprendí que no debía preguntar más.

Pasado los años, hoy, en casa solo hay wifi, que me permite tener conectado la laptop, el celular, y la televisión (uso exclusivo de Netflix), y en estos días, ya meses de aislamiento obligatorio, es la herramienta que me permite trabajar a remoto, leer los diarios, buscar información, y sobre todo estar comunicada con mi familia y tener esa tranquilidad de verlos en este momento tan difícil.

Internet tiene de todo, pero considero que es como lo utilicemos, como en la vida misma. En lo personal, me da la satisfacción de poder leer lo que quiero con la comodidad y sobre todo tener un espacio tan mío como esta casa, mi blog, que me permite abrir la puerta para sacar a jugar a mis ángeles y demonios que tanto bien me hacen.



mas Internet en casa de María José


domingo, 12 de julio de 2020

Maldita pesadilla-pandémica


Indiferente se presentó la noche
entre detectives y ladrones.
Caí en un adormecimiento
incentivado por el calor de las mantas.
Una expresión lejana me hablo de tu ausencia
todo era confusión, desconsuelo.
Entre esa realidad y el despertar
la voz entrecortada del silencio
se replicaba en mi cabeza.
Me repetía que no podía ser
¿Cuándo paso?, esto es irreal.
Angustia ensordecedora por horas.
Mi pecho herido fue sanado
hasta que solo quedo la fea sensación
de la maldita pesadilla-pandémica.
Y pude abrazar las palabras de mi hijo.







miércoles, 8 de julio de 2020

este jueves un relato: caminos, senderos o rutas





La niña de cuatro años, jugaba en el patio interior de la casa. Allí, donde todos los días veía a la corbatita cantar dentro de esa jaula tal alta para ella. Una tarde con aire triunfante y sin importar los castigos que le esperaban, con una varilla logro abrir la jaula dando paso a la libertad.

Hoy, la mujer que recuerda a su niña, se le cae una lágrima desde la inocencia. Al mirar atrás, comprendió, que la libertad para muchos, significaría su destierro.



otros caminos, senderos o rutas en casa de Myriam





miércoles, 1 de julio de 2020

este jueves un relato: la escalera


Se encontraba cansado de su rutina, la vida citadina, y la contaminación de correr tras los empujones que la vida diaria le presentaba. Como ingeniero había ganado lo suficiente para tener una vida tranquila, quizás sin las ostentaciones que desde niño lo habían acostumbrado.


Eso ya no le importaba, solo quería sentir en su piel la tranquilidad de los vientos nuevos de libertad.

Busco incansablemente un lugar donde hacerlo su hogar y poder realizar su sueño de artista plástico, solo quería jugar con sus pinceles y esa paleta de colores que se le regalaban como un arco iris. 

Llegó a un pueblo de pocos habitantes. Se instaló en una casa que, si bien estaba deshabitada desde mucho tiempo, y a pesar de las advertencias de los pocos pobladores, él la quiso desde el hechizo que sintió al verla.

La sala donde decidió poner su estudio, tenía una gran biblioteca, un sofá cama amplio, una chimenea a leñas, lugar ideal para sus creaciones. Cada noche saboreando su coñac, se instalaba a pintar hasta que el primero rayo de sol lo despertaba. 

Algo estaba ocurriendo, en principio no supo, más de lo que su pintura le mostraba: la sala, la chimenea, la biblioteca, y una hermosa escalera que se perdía al cielo, así sucesivamente cada día, al despertar ella estaba ahí, esa escalera que lo hipnotizaba, por su brillo, sus escalones perfectamente diseñados, las barandas firmes y esa sensación que muy dentro lo insinuaban, así pasaron los años.

Nadie en el pueblo volvió a saber del artista plástico.

Cuenta la historia, que una dama misteriosa que habita en la casa, cada noche bajaba por las escaleras de su cuadro, que ambos bailaban con la música de las leñas quemándose suavemente y antes que cayera el día, ella las subía mientras él, quedaba inmerso en un sueño profundo.

Solo como muestra de esta leyenda, ha quedado en la casa los infinitos cuadros de la misma escalera, en sus distintos ángulos y los pasos que suben y bajan en ella.



mas escaleras en casa de María José-Lugar de Encuentro