Lo más difícil que me
ha tocado aprender hasta hoy
es ha renunciar a la culpa
que generan los manipuladores.
Eran las seis menos cinco de la
tarde, cuando levantó la mirada y vio que los faroles de la calle comenzaron a
encenderse. En cinco minutos la noche callo sobre el verano inesperado, a un
cuarto del otoño. Caminar hasta el bar era todo lo que pretendía hacer, en un
viernes tan con-sentido.
Al llegar, Freddy, el nuevo
barman, le cabeceó indicando que Laura, su amiga, estaba sentada en la última
mesa. Parecía mirar la nada.
Simona se acerco, corrió la silla
y se sentó, Laura levanto la vista de esa aparente nada, se saludaron con un
abrir y cerrar de ojos.
Esta situación propicio un
intercambio de silencios, lentos, para que las palabras puedan salir sin ningún
tipo de presión.
Simona, pensó en preguntarle si
se sentía bien, y otras preguntas se cruzaron por su mente, pero no lo hizo,
nada peor preguntar cosas obvias cuando lo importante es acompañar.
En ese preciso momento, Laura le manifestó
sin ninguna necesidad de preámbulos lo que le estaba ocurriendo.
-Tuve un sueño horrible, una
pesadilla. ¡Mate a Pablo! sin tener ningún sentimiento de piedad, me pude ver
en ese sueño, la satisfacción se iba apoderando de mi, hasta que desperté
de golpe en la madrugada, sudorosa. ¡Me asuste Simona! ¿Cómo podría yo?-
Mientras Simona la escuchaba,
Laura no dejaba de descargar su angustia. Ese sueño había cambiado algo, las
piezas dentro de ella tomaban otro lugar, repaso historia a los hechos, la
realidad que tenia guardada en su interior, vació el saco. Cuando dejo de
llorar, y calmo sus verbos, le pregunto
que pensaba.
- Lo importante es que hayas
matado dentro de ti la culpa que te genera un manipulador, ahora libre de esa
atadura, tomaras las mejores decisiones, vivir y hacerle honor a tu vida. Tu
sueño habla de vos, y la angustia ira desapareciendo con cada acierto-
Laura abordo la noche en el bar
con otro caminar, la gente comenzó a llegar y la música le puso el clima, las
dos se sonrieron, se estrecharon en un abrazo, sintiendo que la soledad estaba
lejos de su amistad.
La tibieza de la noche, las
calles con sus luces, Simona se perdió entre la brisa suave camino a su casa, con
un pensamiento extraño, hay balas certeras que no lastiman a nadie y te
devuelven a la vida.