“Entre la vigilia y el sueño, un personaje es tentado para usar una máscara que le daría un poder oscuro”
Te voy a contar una historia, un suceso que vivimos con el personaje del
libro que leo cada noche. No creas que es una locura, es tan real como tus ojos
que ahora me leen. Caleb es uno de los personajes. Un príncipe de la noche,
dueño y señor de un reino de miles de años. Él es amable y encantador, y es el
cuidador de una dinastía distinta.
Cuando comencé a quedarme dormida, y supongo que él también, me estaba
contando que daría una fiesta de disfraces en el castillo, pero entre sueños
llegué a leer que alguien lo tentaba con usar una máscara para esa noche, donde
vendrán invitados de otros clanes, algo que se realizaba cuando la luna se
ponía en conjunción con el universo. Se festejaba en honor a la tierra santa.
Desperté en un calabozo frío y derruido, entre penumbras pude divisar a
mi amigo Caleb que se encontraba encadenado a una piedra, en principio no lo
reconocí, tenía puesta una máscara que deformaba su rostro gentil. En ese
momento me asusté, pero respiré profundo y me acerqué a él, quiso atacarme y al
encontrarse impedido, me pude alejar unos pasos y le dije: soy Simona, tu
amiga. ¿Qué ha sucedido? él no podía hablar, solo en susurro me pedía ayuda…
comencé a sentir unos pasos escalofriantes a lo lejos, no sabía qué hacer,
tenía poco tiempo. Pero decidí quedarme quieta en la oscuridad.
Escuché todo lo que decían, matarían a mi amigo y destruirían todo el
reino que era el enlace entre los dos mundos, para mantener el equilibrio. No
dejarían nada bueno. ¡Ahí, supe quiénes eran!
Eran los llenos de odio, envidia y de una crueldad que les da a esos
seres que no pueden mirar más allá de su propio ombligo.
Yo tenía que ayudar a Caleb, era mi amigo, el que cada noche me
deleitaba con hermosas historias.
No obstante, al despertar del sueño, no tendría oportunidad hasta la
noche. Serán ustedes que deben darme algunos consejos, y cuando retome la
lectura poder cambiar algo en el próximo capítulo y ayudar a Caleb.