miércoles, 31 de marzo de 2021

este jueves un relato: expresiones idiomáticas

 


Simona lleva toda la mañana en “el bar de las causas perdidas”, sentada en su mesa preferida sin emitir sonido. No se ha quitado el barbijo, ni ha pedido el desayuno. Es algo sospechoso, jamás de los jamases suele quedarse callada.

Su amiga la observa preocupada, desde la barra mientras prepara los pedidos de los pocos clientes que van llegando. Se acercó varias veces a ofrecer el desayuno, y nada, ni siquiera la ha mirado. Por ese motivo, vuelve a la barra sin pena ni gloria.

Cuando se escuchó las doce campanadas de la iglesia, Simona se levantó, camino hasta la barra y con una gran sonrisa miro a su amiga Laura y le entregó un papel. Camino de vuelta hasta la mesa y antes de sentarse, miro a todos los presentes, y gritó.


- ¡Me enamoré! Estoy con la soga al cuello.


- Eso es increíblemente… ¡Hermoso! Si, es definitivamente hermoso, es para alquilar balcones y gritarlo a los cuatro vientos. No entiendo, ¿de que soga hablas?

- ¡NO!  Es terrible y nada de hermoso, Laura. Ya deja de hablar por los codos, y presta atención al listado que te di, y trae toda esa comida por favor. Acompáñame amiga, esta será como la última cena. Por cierto intermitente, estaba esperando que se cumpliera las horas de ayuno. Cuando te cuente vas a pensar … Que me falta un tornillo.

- Eso es lo único que ando entendiendo, pero mejor no aclares que oscurece. 

- En realidad, te darás cuenta que estoy entre la espada y la pared. Él es un personaje, de una serie vieja que estoy mirando.

- ¿Y qué problema hay? Ya te dijo el Señor Darcy que tú eres tan de blog como el de libro. Hemos viajado en el tiempo, y nos han visitado no hace mucho los Argonautas. Hasta las diosas están de nuestro lado. A ponerse las pilas amiga y vamos por él, ¿Quién es el merecido personaje a enamorar?



-DEXTER

- ¡Ehhh! Te pasaste de la raya


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miércoles, 24 de marzo de 2021

este jueves un relato: Chisme


 

Estoy sentada en el escalón de entrada de la puerta de mi casa, esperando que se asome mi amiga Ana, que vive en la casa que está justo frente a la mía, cruzando la calle. Pues todas las tardes si ella no llegó a golpear mi puerta, aquí debo quedarme.

No sé qué les ocurre con los grandes, pero sin muchas explicaciones, me han dicho que estaba prohibido ir a su casa y solo podía jugar con ella en nuestra vereda. Pregunté varias veces el porqué, y dejé de preguntar cuando sus miradas ya hablaban, en otros términos.

La casa donde vive mi amiga Ana, fue heredada de sus abuelos a sus dos hijas mujeres. Las tres habitantes no conocen otro lugar que la casa y el pueblo donde nacieron y crecieron. Desde que hice amistad con Ana, ella nunca habla de otros familiares ni tampoco de su padre, en verdad nunca lo nombró, jamás le pregunté.

Lo que se, lo escuche decir a mi madre a la tía Enriqueta una tarde que tomaban el té, y cuando advirtieron mi presencia, me mandaron a la habitación y eso que esta vez, nada pregunte.

Lo curioso que el año pasado la hermana de su madre, su tía Luisa fue internada de urgencia, en este pueblo tan pequeño con un hospital muy carente de todo, sobre todo amabilidad. Ella quedo en estado inconsciente, le dijo mi madre a otra vecina y además agrego que nadie se explica que hace un mes, sola se levantó y salió caminado de regreso a su hogar.

Pero ahí no termina la cosa, esta vez me quede escondida detrás de la puerta, porque la vecina que era recién llegada al pueblo le comenzó a preguntar por las hermanas, y mi madre tan bien predispuesta le conto que Ana era hija de ambas dos, no saben cómo paso, pero en los 9 meses de embarazo se las vio portando la panza un mes cada una, que el padre era un viajante que se hacía pasar por vendedor de libros, ¡El demonio mismo! El pueblo entero temía por lo que les pudiera hacer.

Yo no entiendo mucho de esto último que escuche, pero si quieren venir de visita, sepan que aquí, mi madre es como una guía histórica del infierno, digo del pueblo.


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sábado, 20 de marzo de 2021

Reto de marzo: Secuencias


 

Aquella tarde, cuando el ama de llaves del Reverendo me invitó a pasar a la cocina por una taza de té, y dejar que los señores hablaran sobre la investigación histórica que realizaba mi esposo, en ningún momento, creí, que la lectura de la borra de las hierbas, cambiaría el curso de mi vida.

¿Cómo podría ser algo real? Me reí de los nervios, cuando ella se ofreció y yo acepté. Seriamente me dijo que mi vida se veía bifurcada, interrumpida, algo inexplicable. Dios mediante lo recuerdo a flor de piel, y aún hoy, me estremezco.

Me retiré antes con la excusa de descansar, y en el trayecto a casa, entre los aromas a tierra húmeda, hierbas, y las flores de algunos árboles, se colaba la voz de la Señora Graham, repitiéndose sus palabras en mi cabeza.

Tenían algo de proféticas esas palabras, estaba escrito en las borras y vino a mi como un aire tormentoso. 

Esa voz calló, cuando traspasé la puerta de esa inmensa casa que desconocí la primera vez.

Anida en mis cabellos las mariposas de diferentes colores y se representan cada una, en los recuerdos, que le dan ímpetu al cosquilleo que me lleva. Ahora, sentada aquí, mirando tras la penumbra de mi bifurcada vida, es la fiebre del mismo infierno que me llama, cada día; y me despierto por las noches y en puntas de pie, recorro cada pasadizo inexplicable que me devuelve a tus manos, porque necesito que se apoderen de mí.

Escucho las teclas del pianoforte, juegan entre si y le dan vida al Nocturno de Chopin, y mi juventud, se apodera y se sonroja ante tu presencia, que mira intimidante. Mis ojos se dejan llevar desvergonzadamente ante tu boca. Es un embrujo que se adueña de mi voluntad, deseando e imaginando todos los contornos que esos labios peligrosamente sensuales, invadirán.

Mientras me succionas, y tus labios quedan extenuados y rojos, no me dejo volver, es la sangre que nos late.

En la secuencia que se sucede cada día, y vivo mi interrumpida vida, dios mediante no me arrepiento del abismo, mientras me sigo estremeciendo.


                                     reto propuesto por Ginebra Blonde en Varietés  






miércoles, 17 de marzo de 2021

este jueves un relato: al otro lado de la puerta


 

Decidimos dar por concluidas las vacaciones, hacer una travesura como lo hacíamos todos los años, partimos al parque de diversiones que se encontraba en medio del bosque, el mismo en donde se festejaba los eventos estudiantiles.

En el camino fuimos bebiendo cerveza y fumando hierba, recordando esa época de adolescentes que hace muy poco habíamos dejado atrás. Cantábamos a viva voz. Cuando vimos las luces del parque nos tiramos de los autos a perdemos entre la música en una noche maravillosa, destilando risas y juegos: tiro al blanco, el tren fantasma, los autos chocadores.

Como de principio y sin final, nos adentramos en el laberinto de imágenes que se repetían y nos confundían, era una casa con pasadizos tenebrosos y nuestras propias voces nos asustaban, al principio nos daba algo de risa, hasta que un grito desgarrador nos encontró sentados y esposados al otro lado de la puerta del laberinto.

Entre las sirenas y el aturdimiento, me latía tan cerca “el corazón delator” de mi novio, “el gato negro” que nos acompañó, ahora nos miraba desde el coche policial, al levantar la vista vi el cartel del laberinto “los crímenes de la calle morgue” bien custodiado por un cuervo.


pasen al otro lado a la casa de Mag 




miércoles, 10 de marzo de 2021

este jueves un relato: fantasía pura/pura fantasía

 


Simona, en toda la pandemia se pasó viendo novelas turcas, le dio mucha curiosidad en principio la dinastía osmanlí, familia que gobernó históricamente el imperio otomano desde su fundación en 1299, con todas sus luchas y conquistas. Pero Simona, no quiere darnos una clase de historia porque en realidad no tiene la menor idea, y tampoco le interesa.

Aunque si, le interesa sobre manera esas mujeres, que, desde la servidumbre, esclavas del harén y sultanas, todas tenían algo en común, eran sometidas a la gracia del sultanato, y se peleaban entre ellas por ser la preferida del sultán. ¡Madre Mía!! Una locura que ella no puede entender.

Si bien en esos tiempos era común que les cortaran la cabeza solo por respirar, ella decidió así, sin más, viajar al año mil quinientos y pico a conocer el sultanato de Solimán el magnífico.

A penas llegar se hizo capturar por el ejército, y sabiéndose tan bonita, hermosa, preciosa, importante, inteligente.

-        (¡presumida, además de orgullosa!)

-        (Si, Darcy ¿Pero qué hace usted acá, es de otra historia?)

-        (La leo, señorita.)

-        (Mmm, váyase)

Fue llevada enseguida a la Casa de Osmán, junto a las demás concubinas, bañada y perfumada por si fuera convocada por la madre sultana como obsequio para su hijo. Espero entrada la noche, y con un megáfono comenzó a despertarlas y hablar sobre los derechos que las mujeres empoderadas del siglo XXI, dio un discurso a viva voz de lo que habían logrado, mientras era observada por las esclavas como si estuviesen mirando a una persona desequilibrada.

Su único logro, fue, ser llevada esa noche frente al gran visir del sultán, que sentenció cortar su cabeza a la mañana siguiente, entre improperios que no disminuyeron fue encerrada en el calabozo.

Paso un día entero Simona en el calabozo, sin entender aún porque estaba ahí. Cuando llegó la noche, la sacaron la volvieron a bañar y perfumar y fue presentada delante del Sultán, que después de tanto alboroto quería ver la cara de la mujer.

El quedo prendado de su belleza, y ella aprovecho a contarle un cuento como el de las mil y una noche, con la esperanza de ser rescatada. Adormilado el con la historia, Simona comenzó a pensar cómo salir del palacio, cuando escucho que la chistaban desde la ventana. Se asomó sigilosamente, y desde abajo le pidieron que saltara, ella con gran susto lo hizo y despertó en su habitación con la voz de la sultana Hurem en la tv.

Fue en ese momento que decidió no volver a mirar esas telenovelas tan chabacanas.

-        (Eso le pasa por no verme a mi)

-        (No sea pesado Señor Darcy)

 

mas relatos fantásticos en casa de nuestra amiga Moni




domingo, 7 de marzo de 2021

Reto de febrero: una idea

Christian Schloe

Había andado varios días por el camino que la hechicera le había indicado, y en todas esas calles él se encontró con las versiones que alguno de los identificadores le devolvía. Sediento por el agobiante calor, sintió que sus fuerzas decaían. Al momento pensó que era engañado por una ilusión óptica al ver el bar, casi desvaneciéndose llegó, y con la voz ronca y quebrada pidió un vaso de agua, y otro, y otro más…

Algunos hombres se quedaron mirándolo. Cuando la fonola comenzó a brindar sus primeros acordes, y la mujer que, sentada a su lado, cantaba. Mientras se esparcía por el lugar las flores que el tiempo se había llevado, junto a los versos y besos que se sostenían en sus recuerdos, sorprendiéndolo al saciar su sed.

Esa imagen tan nítida le llevó a arrodillarse delante de la mujer, beso su mano y apoyando su frente en ella, le pidió sin hablar que le concediera el deseo de alcanzarla.

Ella, la madre de todas las diosas sin más le regalo un amuleto, que él debía usar haciendo honor, a la oportunidad que se le presentaba.

Lo llevó consigo hasta que la idea de respirarla se le hizo realidad, después de tres días de andar, pidió el deseo de parar el mundo. Entrelazaron sus manos y no hubo tiempo que pudiera sacarlos de la maldición de estar eternamente condenados. Se miraron, y fue en ese instante que le cantó…  





ella tendrá que volver al árbol de las lágrimas... 




reto propuesto por Ginebra Blonde en Varietés  




jueves, 4 de marzo de 2021

el árbol de la lágrima

 Golpeó con delicadeza la puerta, y espero que le abrieran, con la ilusión floreciendo en su piel ya marcada por los años. Acompañada de un sentimiento de amor y respeto.

Después de todo, y; con los ojos visitados de tantas desgracias, caídas por las calles vacías. En una oscuridad que esperaba por los mismos lugares en que la habían alimentado.

Ya había aprendido a caminar con sus pies lastimados y el alma a cuadritos. El contaminante en la simiente de la felicidad no había sanado. ¡Lo sabía! Era cuestión de tiempo, nada más.

Solo que, creyó… Por un instante se había equivocado.

Y decidió esperar…

Hubo un tiempo de sembrar.  La plaza redonda rodeada de las cinco esquinas, aún conservaba la cúpula de la sabiduría.  Y el reloj que marcaba las horas, sin tiempo, era ayudado por una Lechuza que le miraba fijamente con sus anaranjados ojos tremendamente grandes.

En la banca, en raras ocasiones, la mujer que vestía con su gran túnica negra y el rostro era ocultado por ese halo de luz que dibujaba su contorno, se sentaba a contemplar que no se distrajera.

El árbol, guardaba su secreto, porque hay lágrimas que también tienen su recompensa, en la compañía de los solos.

La niña siguió anunciando la llegada de la luna inmensa.

¡Espero! Un, dos, tres días, solo por cortesía. Sabía que esa puerta no se abriría, lo sabía antes de golpear con delicadeza.

Entonces, volvió con sus pasos y sentimientos al camino. Porque su trabajo aún no había terminado… ¡hay muchas semillas que sanar!