(Xul Solar)
Cierra los ojos, deja que la tibieza y las ganas se apoderen del momento. Escucha el tintineo del ensueño que repiquetea una y otra vez, despacio, conducente, elevando el tiempo; a través de la rendija del portillo, esta la ciudad "el destello".
Los días por naturaleza, y el propio ser, le ponen los grises que le dan las sombras justas a un arco iris que dictara los colores del alma y cada resplandor será una pincelada en la creación.
Las miradas se saben como agua de manantial, ven los caminos que echaras andar, por su nitidez, se puede percibir las palabras que se pronuncian contundentes, tan firmes como las montañas que rodean el horizonte, tan certeras que se abren al mar y jamás andarán esquivas o solapadas. Se proclaman y conjugan en esta ciudad, con el arte del amor, porque pretenden ser mejores en su aforismo. Reclaman construir puentes que tenga ida y vuelta.
El abrazo, abrigo de vientos fríos; alrededor del hogar se ven las manos que repartirán las tazas de café, mientras el humo dibuja figuras, habrá cuentos y leyendas tan reparadoras, como el traspaso respetado de la experiencia. Campos verdes del buen trabajo, un pueblo austero, limpio, sereno, vigía como un buen faro; todo será repartido honestamente, no habrá moneda despareja, habrá manos que trabajan y voluntad de normas repartidas.
Es un pequeño esbozo, un plano en construcción de lo que puede ser, ¡Si, esbozo! Cuento con Simona y Coquito. Y tu te dirás, es todo muy utópico. Y yo te diré, ¡Si, es muy cierto!. Pero como todo esbozo, no lo dejemos solo en los tintineos del ensueño, necesita manos laboriosas, limpias; congregar voces, trabajadoras de la vida, te invito: propone, confronta. ¡Hagamos!
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