domingo, 18 de febrero de 2024

Reto de febrero 2024: Metáforas

Imagen: Katie Watersell

 


Hubo unos años ciegos, el dolor fue tan profundo, que no pude hacer más que intentar que el silencio de esas paredes, llenas de mensajes indescifrables, para una mente que piensa en blanco, pudieran salir a la luz.

En el camino hubo señales, letreros con su nombre en diferentes versiones e idiomas nuevos, dentro de esa tecnología que no pude ver, pero estaban ahí. Esas aves de color negro, rondando y rondando, y, aun así, no las distinguía.

La brújula interior se puso en movimiento, abrupta e inesperadamente. Cuando el pilar de la casa comenzó a tambalear, navegué de un lado a otro hasta que la muerte se llevó lo que comprendí, mucho tiempo después, era la única columna que sostenía las muchas nadas, y cedió.

La luz tardó en llegar, ese hilo conector ya había muerto y fue cuando:

"…volví a este pueblo tratando de recomponer con tantas astillas dispersas el espejo roto de la memoria"

La lluvia arreció varios días, hasta que las gotas se secaron. Una pequeña luz, asomo disminuida, lenta, dejando ver, pequeños retratos de un pasado inmediato.

Nuevamente unas lágrimas asomaban para limpiar, el camino por el cual un ave de suave mirar señaló que me encontraba en esa jaula, y la memoria volvió hablar.

La memoria recompuso la realidad, el espejo es solo para peinar sabiduría, me dijo el bonito rojo. La jaula la tienen ellos, que mareados, terminarán picoteados por la llave, de su propia ambición.

Pronostico este presente que me tiene viva, que el amor es lo único que nos salvará de todo lo malo que hay en un mundo sombrío reinado por cuervos.

 

Metáfora: frase de la novela:

“Crónica de una muerte anunciada” de Gabriel García Márquez

 

retos propuestos por Ginebra Blonde desde su blog Variétés





jueves, 1 de febrero de 2024

¡Solo Dios sabe, como lo intento!

     imagen tomada de Pinterest

Solo Dios sabe, como lo intento.

Cada día, con mis ganas y las que pido prestadas. Aunque ellas se escapan por las rejillas de la vida. Y entre las promesas incumplidas, la estirpe, sigue estando, hienas que se ríen nerviosas y desde donde están, nos regentean el soplo diminuto de existencia. 

Nosotros, operarios del amanecer, infatigables hasta el anochecer, estamos devastados, condenados y menoscabados.

La creciente del rio turbio, nos ha dejado las calles sucias, con mucho olor fétido de olvidos. En estos últimos días, nos despachan a las calles, con desidia y desprecio, sin pena ni gloria por los servicios del perro. 

Y te repito, le pongo voluntad que se evapora, y llora la infinidad de familias, desparramadas. Deambulando como zombies por las calles andan, céntricas y principales en la ciudad iluminada de nefastas sombras propias en su furia.

el león que ruge, es el gatito de los grandes destructores.