palabras

El día de la tormenta, Simona caminaba descalza por la arena tibia que había dejado ese sol del amanecer, las últimas olas rezagadas que jugaban en sus tobillos, le acercaron la mirada a los pequeños fragmentos de caracoles que se quedaban enganchados entre sus pies.  Eligió con suma delicadeza unos cuantos de diferentes colores, que después de observarlos los coloco dentro de una botella, no hizo más que devolverlos a su lugar. Se alejo un poco de la orilla recostándose con los brazos encogidos detrás de la cabeza, contemplar el dibujo que no tenia mas horizonte que las imágenes del pasado, le recordó las palabras de la abuela: “lo que esta por venir no es mas que la consecuencia de lo que estas viviendo, sostenido por aquello que se dejo atrás, fíjate bien, que este efímero presente no pase inadvertido”. Las primeras gotas estremecieron su piel, la lluvia se hizo tan presente como las olas que habían golpeteado. Recibirla había sido gracia de la naturaleza, disfrutar solo dependía de ese gran emocionante momento. Ser consecuente con lo que se siente y piensa, también se hace bailando bajo la tormenta.