viernes, 11 de julio de 2014

palabra con Sindel



Simona, se quedo en silencio. Muda, diría yo, tiene la boca entreabierta y los ojos como dos enormes globos. En definitiva, tan desconcertada como atraída por esa confesión. Mientras...unos ojos profundos, oscurecidos por el cielo en penumbras, y la sonrisa devastadora extremadamente atractiva, cual arma para impactar, se volvieron para mirarla una vez más.

-         ¡Serás mía, nena, esta noche y todas las que vendrán!


la noche alumbra la casa de Sindel