distraída, con la mirada en veremos, camina Simona por el día que se ha olvidado de festejar. distraída, entre marañas de gentes ciegas que a empujones la lleva. El sol no llega a calentar y el viento sopla sus mejillas heladas. distraída, de ella misma.
Su mano despierta al estimulo de un sentimiento, que se vuelve energía de otra mano, que la toma, la acaricia y la lleva a destino.
distraída, del destino, se recuerda que sabe bien las manos que caminan a la par...
otras manos se toman en casa de nuestra amiga Sindel