Simona llegó con el ultimo suspiro al bar de las causas perdidas. La pesadez del calor de aquella noche le ahogaba. Se sentó tratando de recuperar el cuerpo. Unos cuantos minutos le bastaron para llamar a Laura y pedirle un vaso de agua fresca. El bar era un desierto y era normal en una noche así, que nadie lo frecuentara. Laura se sentó junto a la mesa, mientras Simona bebía casi sin respirar. Una vez que soltó el vaso la miro. Laura le pregunto si se encontraba bien. Simona se echo a llorar y reír al mismo tiempo. Y como pudo le contesto: "creo que si". Si bien no eran amigas, ambas de alguna manera entre desayunos se contaban su vida, con la complicidad de preservar las confesiones.
Esta era otra de esas ocasiones, todo el ambiente era propicio para develar el misterio que revelaban sus ojos. Simona tomo su bolso, le entrego a Laura un sobre. Un manuscrito que había guardado un largo tiempo, celosamente, había estado escondido en el cajón de su escritorio y emanaba un aroma dulce a Jazmín, que se encontraba junto al papel, disecado por el tiempo.
Laura se echo a llorar y reír al mismo tiempo después de leerlo. En ese momento fue Simona quien le acerco un vaso de agua fresca.
Se hizo un silencio, respetuoso, dando paso a que la emoción se acomode.
Laura, respiro profundamente y le dijo: "has tenido el valor de dejar todo atrás, hasta los viejos resentimientos, en este peregrinar, si aceptas, como guía todo aquello que te proporciona el camino, confrontar, perdonar tu propia realidad, nada te será negado"
Simona, la miraba y escuchaba atentamente, Laura había comprendido el mapa del manuscrito.
Mientras el silencio dio paso a la música de fondo.
Se miraron y al unísono se dijeron: " listas para vadear".
"feliz 2012".