Me desperté temprano, esta mañana de martes. Un silencio con ecos se apodera de la alcoba. Me senté frente al ordenador...me quede un rato, así, sin mediar palabras con el teclado, el mouse revisa algunas paginas, el correo y algunas actualizaciones. Zimba esta echado en la mesa delante de la pantalla. -¡Como te explico que esa posición me hace incomodo el lugar, de mis ganas de escribir!- Pienso...mientras lo acaricio. Se advierte muy tranquilo el despertar en la ciudad, un céfiro apacible juega enredado en la cortina de la ventana, el ruido de algún auto se deja escuchar a lo lejos, y; ese pájaro que canta hace el decorado. No se cual es la medida del tiempo. Sigo en la misma actitud, sentada frente al ordenador, sin mediar palabras con el teclado... Reviso las primeras paginas del libro que comenzare a leer "Sauce viejo, mujer dormida", vuelvo a mirar a Zimba, le doy un beso y le suelto: "esa postura me hace incomodo el lugar, entre mis ganas de escribir"...me mira, estira su cuerpo, baja delicadamente hacia mi regazo. Me sonrío...Comprendo que el puede cambiar de postura, pero siempre cerca de mi. Y yo, tendré que aprender a relacionarme con mis ganas de escribir...
Escribiendo siempre, con los dedos ávidos...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
casi como un amante... jap jap
ResponderEliminar"Un escritor sin gato es como un ciego sin lazarillo", decía Osvaldo Soriano.
ResponderEliminarBeso grande
LOS GATOS SIEMPRE NOS INCOMODAN, PERO ESO NOS HACE SENTIR CÓMODOS.
ResponderEliminarUN ABRAZO
bien por zimba y por su comprensiva actitud postural, tan cariñosamente adaptativa, porque ha propiciado que escribas una hermosa entrada!
ResponderEliminareso es una manera estupenda de empezar el día...el libro, chulo
ResponderEliminarUn compañero fiel el gato y ese ordenador. Una linda entrada.
ResponderEliminarMe enternece tal complicidad, de quién era "Sauce viejo..."?
ResponderEliminarJa! Ya me parecía que lo había escuchado! Son relatos de Murakami, no?
ResponderEliminarQué bien te llevas con Zimba,yo el mio como siempre estaba liado con el ratón y me ponía de los nervios,lo decidí sin compasión,y a mis amigos los invite un día a conejo al ajillo,me dijeron que tenia un no sé que que causaba sensacion.
ResponderEliminarUn consejo no se te ocurra hacer eso con Zimba pues te acordarás toda la vida.
Saludos
Así es, Joven!
ResponderEliminarJosé!!!! Pobre animalito, pucha.
Mi gata tenía la costumbre de colocarse frente la pantalla del ordenador justo cuando más inspirado yo estaba. Lo cierto es que a veces me enfadaba porque se empeñaba en caminar por encima del teclado ¡con tanto espacio libre!
ResponderEliminarAún así, la extraño un montón.
Muchos besos y ronroneos incluidos:)
A veces es mejor que nos dejemos llevar por el entorno.... ya escribiremos....en otro momento. Un beso!
ResponderEliminarHola Cecy. Es cierto, a veces las ganas de escribir parece que se han ido de paseo. En esos momentos lo mejor es tomarse un descanso; cuando llegue el momento de escribir, lo sabremos.
ResponderEliminarYo no tengo gatos, soy alérgica; pero en mi casa los hay casi de todos los demás tipos: de peluche, de cristal, en cuadros, en fotos... y hasta los de verdad de la calle, que siempre se cruzan en mi camino.
Biquiños.
Carmen.
Muy ajustadas las palabras de Soriano sobre el escritor y los gatos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Toda la gracia, soltura y desenfado con tu entrada, mi Cecy.
ResponderEliminarBesos prenavideños.
Momentos íntimos, cotidianos, que forjan la idea de una soledad acompañada. El gato y el teclado ya forman parte de una misma.
ResponderEliminarBesos querida Cecy
Hola cecy, tierno y bello texto. Los gatos son amorosos, ya escribiras cuando sea el momento. Besos, cuidate.
ResponderEliminarEn sensual jugueteo todo se ira acomodando.
ResponderEliminarCariños
Encantador relato, Cecy...me ha transportado, por un momento, muy cerca de ti...gracias por compartir un momento tan entrañable e íntimo...me has hecho sonreir mientra te leía!!!
ResponderEliminarUn gran abrazo, amiga mía!!! ;)
que bien me cae ese gato
ResponderEliminarEscribir, escribir, escribir. Vosotros que podéis hacerlo porque os fluye el don de la inventiva.
ResponderEliminarMe encantaría ser escritor, pero solo soy lector.
Zimba es sabio.... no lo dudo...
ResponderEliminarPaz&Amor
Isaac
¿Qué es pucha? Cuando estuve por esas agradables tierras ,no la oí.
ResponderEliminarSaludos
Aprender a relacionarte con tus ganas de escribir...no se, para mi, siempre estas mas que lista, lo se por el maravilloso "sabor a poco" que me queda cuando te leo...
ResponderEliminarmis abrazos amiga...acà de nuevo...
Un relato bello e intimista. Me ha encantado. El gato te hace compañía y seguramente te inspira. Delicioso relato. Un abrazo.
ResponderEliminarEse gato es un privilegiado.
ResponderEliminarBesos.
Y fíjate, lo hace sin malos gestos, al natural, como debe de ser, no como nosotros, que para todo encontramos un reproche.
ResponderEliminarBesos y palabras
las mañanas se hacen mas claras, mas melodiosas con su ronroneo de compañia, no amiga?
ResponderEliminarbesos.
Pónga un gato en su vida y verá usted lo que ésta le cambiará...!
ResponderEliminarBesotes, linda!
;)
Soy capaz de pasarme un día frente el pc sin escribir nada, pero tengo que estar ahí.
ResponderEliminarTener un gato en tu regazo, es una privilegio, para un escritor mas, sin gato que harías?..sino mirar el teclado y no saber que hacer?..así le puedes echar la culpa al gato de tus pocas ganas de escribir..
ResponderEliminarMuy buen relato, me ha gustado leerte
Un abrazo
Hola Cecy,gracias por la información en verdad si es simpática.
ResponderEliminarSaludos