La cordura en pequeñas dosis se
iba colando por los bolsillos de las pérdidas, renuncios obligatorios y, en cuenta
gotas fue pagando su sentencia en soledad y arrugas. Tantos años de fuerza y esfuerzos que
ni codo a codo le dieron margen a un alivio. ¡Debería ser una recompensa
primaria! Su hogar un árbol y algunos cartones inventados en invierno. La
huella del desvarío se dibujo en una tarde, sin pretender, se puso su gran disfraz que la llevo de paseo por largos
caminos. No recuerda cual es el nombre de la calle de su infancia, pero si el
número que la identificaba, a su niñez lejana. Trescientos setenta y seis se repetía, para no olvidar lo
poco que le quedaba.
Se miro con su espejo de adolescente entristecida. Y las
dos miradas, en perfecta comunión, decidieron
de manera unánime ir cantando loas de piantadas y jugar con la niña del globo rojo.
mas regalos en casa de nuestra amiga
*Gaby
Buen relato, voy donde Gaby.
ResponderEliminarUn abrazo grandeeeeeeeeeeeee
mar
Buena opción Cecy... irse jugando con la niña del globo rojo ...un relato bien inventado, veo que la imagen es bastante difícil...
ResponderEliminarSoledad y arrugas...
ResponderEliminarAhí acabaremos todos.
Besos.
los olvidos, los desvaríos, la demencia senil, si me apuras, nos lleva a ser niños nuevamente, de alguna forma, verdad? bonito relato
ResponderEliminarMejor no ser consciente... a veces hay que dejar que lo sean los demás por ti, es otra opción.
ResponderEliminarUn abrazo. Bravo por el relato.
Una imagen cuya descripción encierra una gran dificultad y en torno a la cual tú has tejido una historia de desmemoria progresiva, de intolerable soledad, de lucha interna por conservar algo de lo que fué en ese trescientos sesenta y seis que la devuelve a su lejana infancia. Me ha gustado como has resuelto la imagen que te ha sido regalada.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me descubro ante tu facilidad para armar un relato congruente y lírico, con un grabado tan difícil.
ResponderEliminarEnhorabuena, no todos serían capaces de haber resuelto el problema.
Un abrazo.
Me hiciste pensar, porque a veces creo que es la locura, la bella locura de jugar hasta agotarnos, la que se va colando por los bolsillos hasta perderse.
ResponderEliminarBeso enorme y un año que te colme de cosas buenas.
A los afines a la ilusión se les confunde, a veces y se piensa que están locos...
ResponderEliminarHermoso
Besos
Leo tu relato y siento ese aire tanguero corriendo por la vieja callecita, donde los recuerdos se detienen ante un número que es registro inseparable de una memoria que se obstina en olvidar. La niña del globo, pone es toque de infancia colorida, porque algún tiempo bueno se habrá vivido, quizá, alguna vez... quién sabe.
ResponderEliminarPrecioso y nostalgioso aporte. Muchas gracias por sumarte y brindar tu compañía este jueves!
Besos!
Gaby*
Bienhallada, Cecy. Y se me ha esfumado el comment. Decía que, mirando la imagen, me hubiera sido muy difícil ponerle un texto. Tú lo has hecho y además con arte. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso
Comprendo ese perderse en el olvido, algunas veces por propia voluntad y otras porque la vida lo impuso.
ResponderEliminarConviví unos años con una niña como la tuya, solo que esta le quitaba las muñecas a sus nietas, y algunos no lo soportaban y a sus espaldas la llamaban loca.
Eso consiguió que dejase de ver a esas personas como antes y me alejase de ellas.
No puedo con la gente que prefiere mirar hacia otro lado cuando algo no le gusta.
Me ha gustado tu relato.
Besos amiga.
Muy bien narrado, sin ninguna palabra de más ni de menos. Me gustó mucho el desenlace.
ResponderEliminarBesos Cecy!
seguro que el globo les llevará a acercarse
ResponderEliminarLleno de ternura lo que has escrito, felicidades¡¡
ResponderEliminarUn beso¡
UN abrazo Fuerte. Alma de Poeta.
Me pasa muchas veces leyendo tus textos que es como si los hubiese escrito yo misma. Miramos al mundo desde un agujerito muy parecido, amiga. Esta imagen es de locos....pero lo has hecho tannnn lindo.
ResponderEliminarBesos
Un mundo de sombras donde a veces asoman los recuerdos más lejanos, los de la infancia... Complicada imagen la tuya, le has dado forma en letras y se complementan bien ¡enhorabuena!
ResponderEliminarBesos
Un relato que enternece a pesar de su dureza. Nunca hay que dejar de jugar con esa niña interior que llevamos dentro, esa es la fuente de la juventud, transgredir los años y burlarnos de ellos.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Ayy Cecy, te tocó mi ensueño. No quise dibujarlo complicado hace años, pero me salió así...una calle, personas, un instante frágil, borroso. Creo que tú le has dado una versión que va más allá de lo imaginable, pero por ahí iban mis intenciones, cada cual lo viera a su manera, implicar con la imagen otras imágenes y palabras.
ResponderEliminarCorduras y/o locuras andan sueltas por las calles, soledades, recuerdos, gentes, tu las has captado y aún no me acuerdo del número ni de la calle, consultaré al añejo espejo adolescente o a la niña del globo ¿a la mujer que sale o al hombre que pasa?. Una versión introspectiva que me emociona, sueños, desvaríos, un momento y un beso cariñoso y contento que te regalo de corazón.
Y, seguirá su camino sin volver a recordar nada de lo que antes fué pero feliz a su manera...con esa niña que lleva dentro.
ResponderEliminarUna reflexión perfecta Cecy.
Un beso.
Al final lo lúdico como un adopción, el regreso a la infancia, es una perfecta salida para este estado de confusión. Besitos Cecy.
ResponderEliminarUn relato lleno de nostalgia y melancolía. Buena inspiración te ha dado la imagen.
ResponderEliminarUn abrazo
Es un relato triste, la vida es así para algunos, y a veces las circunstancias nos niegan lo básico y esencial, y en esa tesitura se lucha y se procura no perder la identidad.
ResponderEliminarBesos.
Es dura la vida a veces, y poco deja más que algunos recuerdos dulces en contraste con la realidad.
ResponderEliminarUn beso!
UN TANTO NOSTÁLGICO OTRO TANTO ILUSIÓN.
ResponderEliminarFULLL TEXTO.
UN ABRAZO
cuando ya nos queda nada, es simplemente trágico, la pérdida total de la humanidad que nos hace ser alguien, la locura es un virus que nos obliga a ser simplemente transparentes, difusos, inestables, mientras el olvido simplemente nos va matando sin que nos demos cuenta de que seguimos vivos, un relato muy triste el que nos traes, nos empuja levemente al mundo de los que fingimos no verlos en el camino, mientras cruzamos la acera para evitar toparnos con sus cuerpos delgados y desvestidos.....
ResponderEliminarPreciosa manera de llevar una historia triste, tan bien inspirada de la imagen tan poética que te llegó de Natalia!
ResponderEliminar=)
Me has incitado a ver la imagen en grande, después de leerte y sí, veo al personaje como tu lo dibujas en palabras.
ResponderEliminarBesos.
Qué fuerte queda grabado en nuestra memoria el numero de casa, de todas en las que vivimos nuestra niñez. Quizá nuestras madres nos lo repetían cansinamente por si nos perdíamos supieramos decir dónde debían llevarnos. 19, 25, 279, 223, son mis números llenos de recuerdos felices.
ResponderEliminarMe ha encantado la forma de inspirarte en esa imagen.
Besos
Muy bueno ese mundo de sombras. Gracias por dejar tu huella.
ResponderEliminarUn beso.
Un instante en la vida, o muchos !qué se yo!, desde el inicio hasta el final de los días pueden ocurrir tantas cosas, tantas que hasta llega el olvido.Has resuelto muy bien este regalo.
ResponderEliminarUn beso Cecy.
Hola de nuevo, hermoso relato que me había pasado de largo sin verlo.
ResponderEliminarHa sido un placer el saber que esas dos mirada en perfecta comunión, decidieran unánimes ir cantando con ilusión esas loas.
Gracias por compartir tanta belleza.
Un abrazo. Preciosa.
Le has sacado muy provecho a una imagen difícil, hasta conjugar imagen y texto de forma que pareciera haber nacido uno con el otro...
ResponderEliminarbesos!!!