Las mudanzas para nuestra compañera de trabajo Ester, era algo que
formaba parte de su vida desde niña. Mientras que para nosotras era un
trastorno, un dolor de cabeza, porque se pone en movimiento muchos sentimientos
encontrados en esas pocas veces que nos ha sucedido. Para ella es moneda
corriente, así, nos contó su historia, entendiendo que lo hacía para que no nos
resultara tan dramático y disfrutemos del cambio. Nos hablaba de lo liberadora
que fue siempre desechar todo aquello que uno junta sin ninguna utilidad:
papeles, esquelas, tarjetas de felicitaciones, floreros rotos, vasos rajados,
platos saltados en las puntas, muebles que caían en desuso, ropa que pasaba de
moda, y otras tantas prendas apolilladas.
Afirmaba que lo divertido de mudarse era salir
de compras, decorar la nueva morada y renovar el armario. Pero sobre todo hacía
hincapié, que tirar todo lo referente a sus infinitos ex amantes, era un placer
único.
Lo que nunca llegamos a sospechar que este jueves al encontrarnos a
desayunar como hicimos por años, el diario del día y su ausencia, nos revelaría
al ver su foto en las noticias policiales que, en sus infinitas mudanzas,
también había desechado a cada amante que había caído en desuso en el jardín de
cada casa.
mas mudanzas en casa: Molí del Canyer
Caramba!!, el final sorprendente cada mudanza había un cadáver en el jardín, desde luego no solo mudaba de casa sino de amante.
ResponderEliminarSi algo es cierto que mudarse luego tienes que ir de comprar para renovar todo.
Me gusto leerte.
Un abrazo y feliz noche.
Ajj pobres amantes!! Les costo caro no satisfacer a la susodicha! Pero sí, estoy de acuerdo en que es bueno hacer limpieza aprovechando la mudanza.
ResponderEliminarBesos
Qué bueno.
ResponderEliminarUna mujer que no tiene piedad eh...
Espero que no sea autobiográfico, jajajajaajajaja
Besoooooooooooooooooooooooooooooosssssssssss.
Eso es ser expeditiva, cerrar las puertas de un amor en cada lugar. Muy bueno, y quién sabe..igual real :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Muy lindo texto con un final aterrador que pudiera ser cierto, pero todo se descubre. Saludos Cecy.
ResponderEliminarVaya, iba a decir que ademas del nombre tengo algunas coincidencias con tu protagonista, pero que quede claro que no tengo jardín. Un abrazuco
ResponderEliminarTambién pensé yo en Ester, pero ya al llegar al final, pensé que no podía ser , por lo del ardín que ella misma dice, jajajajaja
ResponderEliminarBuen relato y mejor final.
No me extraña que cambiara tanto de lugar. No había que dejar pistas pero para eso hay que ser muy listo y hasta los listos se equivocan.
ResponderEliminarDos caras de una misma persona.
Lo de las esquela me ha chocado al principio. Es verdad que hay gente que escucha la radio para oír "los muertos", y que colecciona esquelas... pero esto ya era una pista, un aperitivo...
Un beso enorme.
Mudarse lentamente, disfrutando cada cosa que vas tirando .Eso es una mudanza el comienzo de un recomenzar
ResponderEliminarA eso se llama RENOVAR! jajaa buenísimo, Cecy. Un abrazo
ResponderEliminarVaya giro que das al final! Me he quedado patidifusa, vaya con tu amiga Esther...Muy buen relato, gracias por sumarte. Besos.
ResponderEliminar¿Hola buenas noches todo bien? Soy brasileño y quiero hacer nuevos amigos. ¿Aceptan uno siguiendo el blog del otro? No hay distancia para la amistad y la asociación entre nuestros blogs. https://viagenspelobrasilerio.blogspot.com/?m=1
ResponderEliminarTerminaba sus relaciones de forma drástica y definitiva, muy bueno ese final.
ResponderEliminarAbrazo
Ahhhh...un final delicioso. Además encontrarse la noticia en un periódico cuando antes cada jueves esa mujer sería la persona dulce que contaba sus mudanzas como si tal cosa, con un café y algo para picar delante.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Besos y salud.
Qué bien te quedó este relato... el final es muy bueno...
ResponderEliminarParece ser que ella llevaba bien lo de las mudanzas, claro que, teniendo en cuenta el final del relato, era su modus operandi para deshacerse de papeles viejos y de amantes caducados...
Yo he tenido que hacer varias mudanzas hasta asentarme de forma definitiva... y las odiaba... yo no tiraba nada, lo trasladaba y en cada traslado más cajas... temía la mudanza...
Bueno, supongo que cada cual las llevará a su modo, aunque la mayoría de la gente con la que he hablado de ello las teme...
Abrazo
Que giro argumental tan sorprendente.
ResponderEliminarQue letal resultó la tal Ester.
Besos.